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miércoles, 3 de agosto de 2011

El matrimonio homosexual ya es imparable

Tras la aprobación de las bodas homosexuales en Nueva York, la batalla en EE UU se da por el reconocimiento federal - Derogar una norma de 1996 implicaría una legalización nacional de facto
El del matrimonio gay es un objetivo que, hoy por hoy, parece más alcanzable que nunca en Estados Unidos. Desde que en 2004 se legalizaran las uniones entre personas del mismo sexo en Massachusetts, un total de seis Estados y el Distrito de Columbia, capital federal, han seguido el mismo camino, bien a través de decisiones judiciales, bien por trámites legislativos. Pese a las fuertes resistencias, la ola se extiende con vistas a conseguir el reconocimiento de estos matrimonios a escala federal, que permitiría a las parejas homosexuales casarse en los Estados que lo permiten y residir como matrimonio en cualquier lugar de EE UU.

En total, el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en una zona que abarca a 35,5 millones de habitantes. Pero ¿lo es del todo? Aún carecen de algunos beneficios de los que sí disfrutan los homosexuales en España, por ejemplo, donde desde 2005 estas parejas están completamente equiparadas con las heterosexuales que se casan, incluida la posibilidad de adoptar conjuntamente. En EE UU, una ley aprobada por los republicanos en 1996 deniega a esas licencias matrimoniales validez federal.

Barack Obama quiere verla derogada. Los grupos ultraconservadores, por el contrario, quieren una reforma de la Constitución que determine que la unión matrimonial solo puede serlo entre hombres y mujeres. Algo similar a lo que sucede en España, donde el PP tiene recurrida la ley de matrimonio homosexual hace ya casi seis años ante el Tribunal Constitucional. Entonces promovía una ley de uniones civiles para los gais y lesbianas que reservara la denominación de matrimonio a los heterosexuales.

Desde el domingo, el matrimonio gay es legal en Nueva York, que con 19,3 millones de habitantes es el tercer Estado más poblado del país. Ahora ya es legal allí y en Iowa, Massachusetts, Connecticut, Vermont, New Hampshire y la capital federal. Solo es válido, sin embargo, ante las respectivas autoridades regionales, y no ante el Gobierno central. Es así debido a la citada ley de los republicanos de 1996, llamada significativamente Defensa del Matrimonio y ratificada entonces por Bill Clinton. En aquella época, Hawai había comenzado los trámites (infructuosos) para aprobar las uniones de gais, y el Congreso nacional actuó con rapidez, ya que en EE UU la Constitución no define el matrimonio como una unión heterosexual. En España la situación es parecida. La Constitución define el derecho a casarse de hombres y mujeres, pero no dice que tengan que hacerlo entre sí.

En la Cámara de Representantes había entonces tres legisladores abiertamente gais (Barney Frank y Gerry Studds, demócratas, y Steve Gunderson, republicano) que calificaron la ley de agresión frontal contra los homosexuales. Ante ellos, el autor de la norma, el republicano ultraconservador Bob Barr denunció, en una recordada comparecencia, los "vientos del hedonismo, las llamas del narcisismo, el fuego de la moralidad autocomplaciente que están mermando los cimientos de la sociedad". "América no será el primer país del mundo que lance el concepto de matrimonio por la ventana", dijo.

Según Joe Solmonese, presidente de Human Rights Campaign, el mayor lobby gay del país: "Esa ley impide hoy en día que unos 1.100 derechos, beneficios y responsabilidades matrimoniales a nivel federal se apliquen sobre parejas homosexuales legalmente casadas. Entre ellos se incluyen los beneficios de la Seguridad Social para viudedad, los seguros sanitarios para cónyuges de funcionarios federales, la protección para que los cónyuges no pierdan sus hogares en caso de emergencias médicas graves, el derecho a solicitar visados de inmigrante para cónyuges extranjeros, las garantías para bajas médicas a parejas y la capacidad de tramitar declaraciones de la renta de forma conjunta, entre muchos otros".

Solo ahora, algunos políticos han comenzado a exigir que se derogue la ley. La primera en hacerlo de forma pública, la semana pasada, fue Dianne Feinstein, una veterana senadora demócrata de California, que en 1978 estaba presente en el Ayuntamiento de San Francisco cuando un perturbado asesinó al activista gay Harvey Milk. Feinstein se queja ahora de que los matrimonios oficiados en Nueva York o Massachusetts sean legales en España pero no ante el Gobierno federal de EE UU. "Se trata, simple y llanamente, de discriminación, no hay otra forma de decirlo", dijo la senadora en una conferencia en el National Press Club. "Esta no es una causa que vayamos a abandonar. Si no logramos la derogación este año, lo intentaremos el próximo".

Al día siguiente, Feinstein presentó el texto de derogación en el Comité de Asuntos Judiciales del Senado. Junto a ella comparecieron algunos homosexuales que relataron la discriminación a la que se hallan sujetos. Ron Wallen, de 77 años, perdió hace unos meses a su pareja, con quien compartió 50 años. El Gobierno le deniega una pensión, a pesar de que ambos se casaron en California en 2008, en el breve espacio de tiempo en que las uniones homosexuales fueron legales allí. Un juzgado ha reconocido la validez de su licencia de matrimonio. Andrew Sorbo, de 64 años, se casó en 2009 en Connecticut con un veterano del Ejército. Su marido murió recientemente, después de 30 años de relación. El Pentágono le ha denegado la pensión militar por viudedad. Aunque en junio de 2008 el Tribunal Supremo de California legalizó las uniones gays, en noviembre del mismo año los votantes decidieron en referéndum prohibirlo. De momento, las licencias que se concedieron mantienen su validez debido a una decisión judicial.

En realidad, políticos de ambos signos se han manifestado a favor de las uniones homosexuales en EE UU. Dick Cheney, vicepresidente bajo el mandato de George W. Bush, ha apoyado en numerosas ocasiones las uniones entre personas del mismo sexo y ha contado que su hija, Mary, es lesbiana y mantiene una relación desde hace años con su novia. Del mismo modo se han significado Laura y Barbara Bush, mujer e hija del expresidente. "Creo que es algo que llegará inevitablemente, es solo cuestión de tiempo", le dijo la ex primera dama al presentador de CNN Larry King en 2010.

Tienen esos políticos conservadores una visión más progresista, oficialmente, que la del propio Barack Obama. En realidad, el presidente ha cambiado con frecuencia sus opiniones al respecto. En 1996, en la campaña para senador en el Estado de Illinois, respondió en un cuestionario político que estaba totalmente a favor de los matrimonios entre personas del mismo sexo. "Estoy a favor de legalizar los matrimonios homosexuales y combatiría cualquier esfuerzo para ilegalizarlos", dijo. Esa fortaleza de convicciones se iría atenuando con los años. Al llegar a la Casa Blanca, en 2009, era contrario a los matrimonios, pero apoyaba las uniones civiles.

Desde entonces, el presidente se ha empleado en mostrar una especie de proceso público de calculada indecisión. En una entrevista concedida a la revista gay The Advocate en diciembre, dijo: "Me he enfrentado a la opinión personal de que el matrimonio tradicionalmente tenga unas connotaciones diferentes. Pero tengo muchos amigos, muy cercanos, que son gais y lesbianas, y que tienen parejas". De ese modo, y a pesar de su oposición pública y su indecisión privada, Obama ha tomado una medida inédita en un presidente en activo: apoyar públicamente la derogación de la ley de Defensa del Matrimonio planteada por la senadora Feinstein. La semana pasada su portavoz dijo que el presidente lo hacía "con orgullo", en un guiño al movimiento gay. Si la derogación se aprueba, sería una legalización de facto del matrimonio gay nacionalmente.

Antes que en España, país pionero en la equiparación total de las parejas gais y heterosexuales, fue el Estado de Massachusetts (6,5 millones de habitantes) el que aprobó el matrimonio gay por la vía judicial. Aquello despertó las alarmas de los grupos conservadores, que presionaron para que se propusiera en el Congreso una reforma de la Constitución donde dejar por escrito que el matrimonio es la unión exclusiva y excluyente entre un hombre y una mujer. El expresidente Bush, que estaba en campaña electoral, apoyó esa fórmula, que hubiera supuesto la primera reforma constitucional propuesta desde los años setenta. Solo ha habido 17 reformas en más de dos siglos de historia norteamericana.

"La unión de un hombre y una mujer es la institución humana más duradera, honrada y defendida por todas las culturas y todas las fes", dijo entonces Bush. "La institución del matrimonio no puede desvincularse de sus raíces culturales, religiosas e incluso naturales sin debilitar su buena influencia sobre la sociedad". Para triunfar, aquella reforma constitucional debía haber obtenido dos tercios de los votos del Congreso y la ratificación de 38 Estados. Se ha votado sobre ella ya en tres ocasiones. En todas ha fracasado.

Hay grupos conservadores que, sin embargo, han decidido hacer de la lucha constitucional su principal batalla. Creen que si el Congreso, con la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes, aprueba la modificación de la Carta Magna, todos los matrimonios gais aprobados hasta ahora en los diferentes Estados se verán invalidados de golpe. En el Congreso, la semana pasada, el portavoz del grupo ultraconservador Focus on the Family, Thomas Minery, detalló los peligros que entraña, a su parecer, el matrimonio homosexual: mayor número de divorcios y menor monogamia, principalmente.


• Tras la estela española

- Desde que España aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo en 2005, otros ocho países han seguido, hasta la fecha, la misma senda: Holanda, Bélgica, Portugal, Suecia, Noruega, Canadá, Sudáfrica y Argentina. Además, estos enlaces están permitidos en siete Estados de EE UU: Iowa, Massachusetts, Connecticut, Vermont, New Hampshire, Nueva York, y también en la capital federal, el distrito de Columbia. También en México DF (el Estado de la capital).

- En muchos de estos países (Holanda, los nórdicos) antes de la plena equiparación había fórmulas intermedias, como leyes estatales de uniones civiles o de parejas de hecho que reconocían en la práctica casi los mismos derechos a dos contrayentes homosexuales que a una pareja heterosexual casada, aunque con excepciones (la más clara era la de poder adoptar conjuntamente).

- La Asociación Internacional de Lesbianas y Gais (ILGA) reconoce que hay otros 14 países en los que la equiparación de las parejas gais y las casadas heterosexuales es casi total: Brasil, Colombia, Israel, Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Hungría, Irlanda, Islandia, Liechtenstein, Reino Unido, Suiza y Nueva Zelanda, y otros 10 con una equiparación algo menor (Ecuador, Uruguay, República Checa, Croacia, Francia, Andorra, Eslovenia, Luxemburgo, EE UU y Australia).

- En el extremo opuesto están quienes persiguen las relaciones homosexuales. Son 76 países, con los casos más graves en los territorios donde este tipo de prácticas pueden castigarse con la pena de muerte: Arabia Saudí, Irán, Mauritania, Sudán, Yemen, 12 Estados del norte de Nigeria y zonas del sur de Somalia.


• Un empujón a una industria boyante

Habían esperado años. Así que el domingo, cuando se legalizaron los matrimonios de gais y lesbianas en Nueva York, centenares de parejas acudieron a casarse en todos los rincones del Estado, desde la frontera con Canadá y las cataratas del Niágara a los embarcaderos del río Hudson, en Manhattan. Solo en la ciudad de Nueva York, 659 parejas obtuvieron sus licencias y 484 se casaron. De ellas, 107 venían de Estados como Alabama, donde las uniones entre homosexuales no están legalizadas. Nueva York no requiere a los contrayentes que estén empadronados en el Estado para que puedan unirse en matrimonio.

Las primeras en casarse, en Buffalo, ante las famosas cataratas que marcan la frontera con Canadá, fueron Kitty Lambert, de 54 años, y Cheryle Rudd, de 53, que tienen cuatro hijos y 12 nietos. Una bandera multicolor, símbolo del movimiento gay, se proyectó sobre la cascada de agua.

En Manhattan, las primeras fueron Phyllis Siegel, de 77 años, y Connie Kopelov, de 85, que han estado juntas durante 23 años. "Es increíble que haya llegado el momento en que podemos hacer esto como cualquier otra pareja", dijo Siegel de la mano de su ya esposa, con lágrimas en los ojos.

La clase política celebró el día con los activistas. El gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, celebró una fiesta con diversas parejas gais. El alcalde Michael Bloomberg, republicano convertido en independiente, casó a dos colaboradores suyos, ambos varones, que tienen dos hijas, en su residencia oficial (foto). Todos hicieron hincapié en que el movimiento de lucha por los derechos de los gais nació oficialmente en Manhattan, en los disturbios de Stonewall, un pub de Nueva York, el 28 de junio de 1969, fecha desde entonces del Orgullo Gay, Lésbico, Transexual y Bisexual.

Con los derechos llegan, también, las oportunidades de negocio. Nueva York está viviendo un resurgir de su industria de servicios debido a la legalización de esas uniones, tal y como lo hizo California en los cinco meses en que allí fue legal en 2008. Aseguran consultoras como Community Marketing Inc. que el llamado mercado gay mueve, solo en EE UU, unos 43.000 millones de euros al año. Se estima, además, que siete millones de turistas gais visitan la ciudad de Nueva York cada año, donde se dejan unos 11.000 millones de euros.




Fuente: ElPais.com / El matrimonio gay ya es imparable
Autor: David Alandete





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viernes, 15 de abril de 2011

Estados Unidos más homosexual

• 9 millones de estadounidenses se declaran homosexuales o bisexuales

Las conclusiones de un estudio demográfico en EEUU aún reflejan que existe mucho inseguridad a la hora de declarar la orientación sexual

Con el objetivo de ejercer mayor presión sobre los políticos y avanzar en el bienestar social de los homosexuales, un demógrafo de California ha estimado que más de 9 millones de estadounidenses son homosexuales o bisexuales, un número superior a la población de toda Catalunya.

Gary Gates, que estudia la demografía de la comunidad gay en el Instituto Williams de la Facultad de Derecho de UCLA, apunta en un informe que cerca de 3,5% de los estadounidenses se identifican en las encuestas como homosexuales o bisexuales.

Gates ha llegado a estas cifras después de realizar una cálculo en función de los resultados de cinco encuestas realizadas en EEUU entre 2004 y 2009. En estas encuestas la cifra de personas que se declararon homosexuales o bisexuales variaba ampliamente, desde un mínimo de 1,7% a un máximo de 5,6%.

Este investigador asegura que estas encuestas aún son poco fiables, ya que históricamente existe temor a la hora de declarar una orientación sexual, además de que generalmente sólo se pregunta sobre la orientación de las personas en encuestas relacionadas con la salud. "Solo cuando sea habitual en las encuestas preguntar sobre la orientación sexual y resulte natural responder a esta pregunta se conseguirán datos más precisos", asegura.

"El número importa", apunta este investigador. "Desgraciadamente en nuestra sociedad no cuentas si no eres enumerado y los homosexuales aún tienen que hacerse más visibles. Esto da argumentos a los políticos para señalar que la comunidad gay realmente no importa mucho, porque si lo hiciera, habría datos más precisos sobre su población", concluye.

Las estimaciones del tamaño de la comunidad homosexual sigue siendo difícil de calcular cuatro décadas después de que el movimiento activista gay naciera a raíz de los disturbios de Stonewall en Nueva York durante el verano de 1969, según publica The Washington Post. **



• La enrevesada geografía de las bodas homosexuales en EEUU

Cada estado decide si permite o no el matrimonio entre gays

Ser gay y casarse en Estados Unidos puede ser una ceremonia sencilla y aceptada, un papeleo administrativo intrascendente o casi un crimen. Depende de donde vivas. El matrimonio homosexual no está permitido a nivel federal pero varios estados han tomado la delantera y legalizado las uniones del mismo sexo; otros reconocen los matrimonios de sus vecinos, mientras que la gran mayoría lo sigue considerando totalmente tabú.

La reciente decisión de Barack Obama de dejar que los estados decidan promete reabrir las batallas legales que hasta ahora han definido el debate. Hace una semana, el presidente estadounidense ordenó a los abogados del Departamento de Justicia que dejaran de defender en los tribunales una cláusula del Acto de Defensa al Matrimonio (DOMA, por sus siglas en inglés), aprobada por Bill Clinton en 1996, que prohíbe las bodas gays. La Casa Blanca dictaminó que la provisión era inconstitucional por ser discriminatoria.

Las bodas entre homosexuales están prohibidas en gran parte de la nación y sólo son legales en el Distrito de Columbia (donde está Washington, la capital) y cinco estados: Connecticut, Massachusetts, Iowa, New Hampshire y Vermont. Maryland está a punto de aceptarlas. Nueva York y Rhode Island reconocen los matrimonios de otros estados. California, Colorado, Hawaii, Maine, Nevada, Oregon, Wisconsin, Ilinois y Washington (el estado) han creado uniones legales que ofrecen una gama variada de derechos y responsabilidades.

En el resto de los estados, sobre todo en el sur, el panorama es muy distinto. Florida lo prohíbe pero Miami (gran centro de vacaciones gay) ofrece facilidades legales a las uniones del mismo sexo.

Texas no sólo lo prohíbe: una reciente iniciativa del partido republicano local quería declarar ilegal el sexo oral y anal y meter en la cárcel a los que realizaran bodas homosexuales, pese a no estar permitidas. Otros, como Alabama, Luisiana o Arizona, han llegado hasta los tribunales para mantener la prohibición.

Cambio cultural

"Hasta ahora el Gobierno federal pensaba que discriminar a gays y lesbianas era casi normal", dice James Esseks, de la Asociación en Defensa de las Libertades Civiles. Esseks cree que la decisión del Gobierno supone "reconocer que necesita una buena razón para tratar a los gays de forma distinta".

El reciente cambio de postura de la Casa Blanca se debe también a un cambio cultural lento y paulatino en Estados Unidos a favor de las uniones homosexuales, pese a la reciente ola conservadora de las pasadas elecciones legislativas de noviembre. "No es un tema tan tabú socialmente como lo eran durante la era Clinton", dice Andrew Kohut, presidente del centro de análisis Pew Research, en Washington. "Los tiempos han cambiado", añade, hasta el punto de que los republicanos no pusieron el grito en el cielo cuando Obama anunció su decisión. En 1996, tan sólo 27% de los estadounidenses aprobaban las bodas gays, ahora ya son 42%.

Esta nueva postura del Gobierno ya ha tenido una primera consecuencia: la fiscal del estado de California, Kamala D. Harris, pidió esta semana a un tribunal de apelaciones local que autorizara los matrimonios del mismo sexo en California mientras resolvía el contencioso de la llamada Proposición 8.

La norma, que sólo considera matrimonios entre hombre y mujer, se aprobó en 2008, por votación popular, después de que el estado permitiera las bodas gays durante dos meses. Las 18.000 parejas que se casaron entonces fueron reconocidas por California y los que no llegaron a tiempo esperan ahora que la decisión de Obama les devuelva sus derechos. **




* Fuente: Publico.es
**Fuente: Publico.es
Autor: Isabel Piquer / New York. Corresponsal
Fotografía: Gráfica. Histórico apoyo de la sociedad norteamericana al matrimonio gay / Ensentidocontrario.com




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viernes, 16 de julio de 2010

Argentina aprueba el matrimonio homosexual

Después de un maratónico debate, el Senado argentino aprobó la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que convierte al país en el primero en América Latina en dar luz verde al casamiento de parejas homosexuales a nivel nacional.La ley contempla la posibilidad de la adopción de menores por parte de las parejas homosexuales, uno de los temas más polémicos para las voces críticas del proyecto.

Al final de una sesión de 14 horas, los legisladores protagonizaron una reñida votación que concluyó con la aprobación del proyecto que ya había recibido el visto bueno de la Cámara de Diputados en mayo pasado.

La norma, que promueve el "matrimonio igualitario" con atribuciones equivalentes para parejas gay y heterosexuales, fue sancionada por 33 votos a favor y 27 en contra, más tres abstenciones.

Al conocerse las cifras, en la Plaza de los Dos Congresos de Buenos Aires se desató la euforia entre manifestantes allí convocados para una vigilia "en defensa de la igualdad".*



¿En qué consiste la ley de matrimonio gay?

La ley supone la modificación del Código Civil argentino, que en su artículo 2 establece que el casamiento debe concretarse entre individuos de distinto género.

Básicamente, la nueva norma reemplaza en todos los artículos de la ley de matrimonio actual la expresión de "hombre y mujer" por la de "contrayentes".

Por lo tanto los homosexuales tendrán exactamente los mismos derechos que los heterosexuales.

Entre ellos, la posibilidad de la adopción - uno de los temas más polémicos para las voces críticas del proyecto-, herencia y otros derechos sucesorios, cobro de pensiones por fallecimiento y otras disposiciones relativas a la seguridad social.

¿Cuándo empezará a aplicarse?

La ley estará promulgada formalmente cuando se publique en el Boletín Oficial argentino, lo que suele demorar unos días.

¿Qué diferencia hay entre unión civil y matrimonio?

Las uniones civiles otorgan a los contrayentes muchos de los derechos y obligaciones que supone el matrimonio entre personas heterosexuales, aunque no los equiparen totalmente.

En el caso argentino la nueva ley de matrimonio otorga a los contrayentes casi los mismos derechos que la de unión civil, vigente en algunas provincias, pero la supera en el sentido de que se aplicará en todo el ámbito nacional.

No necesariamente el matrimonio supone más derechos. Por ejemplo, en Portugal la ley de matrimonio no permite la adopción, mientras que la ley de unión civil de Uruguay sí lo permite.

Algunos de los países donde existe la unión civil son Alemania, Andorra, Australia, Austria, Dinamarca, Eslovenia, Finlandia, Francia, Hungría, Islandia, Israel, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Reino Unido, República Checa y Suiza.

Sin embargo, la diferencia de conceptos no es sólo legal sino que tiene un importante componente simbólico y cultural. Para los partidarios de la ley, es un logro histórico que equipara los derechos de todas las personas independientemente de su orientación sexual.

Para sus detractores, que se utilice la palabra matrimonio para las parejas del mismo sexo vulnera el concepto tradicional de familia.

¿En qué otros países existe matrimonio homosexual?

Sólo un puñado de países en el mundo autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo (ver mapa).

En América, sólo las legislaciones de Canadá y ahora Argentina ofrecen esta posibilidad.

Bélgica y España son los únicos que, además, permiten la adopción de niños para las parejas homosexuales.

En Estados Unidos, las parejas del mismo sexo pueden casarse en cinco estados y en Washington D.C, mientras que en el resto está prohibido.

Ciudad de México es el único otro lugar en América Latina donde los homosexuales tienen los mismos derechos que las parejas heterosexuales para casarse y adoptar niños.

Uruguay permite a los homosexuales adoptar niños pero no contraer matrimonio.

¿Cómo es la situación en el resto de América Latina?

En Chile el gobierno prepara un proyecto que daría cabida a todo tipo de parejas, con el fin de regular asuntos patrimoniales, de sanidad y de pensiones. Aunque el presidente, Sebastián Piñera, aclaró que la unión civil no equivaldría en ningún caso al matrimonio.

Su par de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, se ha declarado favorable a la legalización de la unión civil entre homosexuales. No obstante, en ese país –que cuenta con la mayor población católica del mundo - han naufragado varias iniciativas legislativas que aspiraban a abordar el tema.

Sin embargo la Justicia sí les ha reconocido derechos. Por ejemplo, permitió en abril que una pareja de mujeres comparta la custodia de dos niñas que había adoptado una de ellas.

Otros países, como Colombia, no reconocen el derecho al matrimonio pero sí ofrecen garantías civiles, como el cobro de la pensión de jubilación en caso de viudez.

En la mayoría de los países de Centroamérica y el Caribe no existen grandes iniciativas legales ni sociales para equiparar derechos entre personas de todas las tendencias sexuales.

En Costa Rica, sin embargo, activistas y algunos diputados impulsan un proyecto de ley para garantizar derechos civiles, mientras en Cuba en 2006 se presentó una propuesta que incluye el reconocimiento de la figura de la "unión legal", aunque tampoco prosperó.

César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina, le dijo a BBC Mundo que luego de la aprobación de la nueva ley es muy probable que se dé un "efecto dominó" en otros países de América Latina.

"Siempre hay un efecto dominó, de imitación, tal como aquí se aprobó luego de que se hiciera en España", señaló el activista.**



* Fuente: BBC Mundo
**Fuente: BBC Mundo
Nota del Editor: Recomendamos leer las Declaración oficiales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día relacionadas al matrimonio homosexual o uniones entre el mismo sexo:

1. "Respuesta adventista a las uniones entre el mismo sexo. Una reafirmación del matrimonio cristiano".
2. “Afirmación de la familia”.
3. “Afirmación del matrimonio”.
4. “La homosexualidad”.

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