Un estudio parece demostrar, por primera vez, que los videojuegos violentos producen alteraciones de largo plazo en las funciones cerebrales de jóvenes adultos. Las regiones afectadas son las responsables de controlar emociones y el comportamiento agresivo.
La controversia sobre si los videojuegos violentos tienen repercusiones negativas ha permanecido sobre el tapete durante muchos años, e incluso llegó hasta la Corte Suprema de Estados Unidos en 2010.
Pero, hasta esta investigación había habido escasa evidencia científica que demostrara que los videojuegos violentos tienen una influencia neurológica negativa prolongada.
"Por primer vez hemos encontrado que una muestra de jóvenes adultos elegidos al azar presentó una menor activación de ciertas regiones frontales del cerebro, tras una semana de violentos videojuegos," expresó Yang Wang, investigador asistente del Departamento de Radiología y Ciencias de la Imagen de la Escuela de Medicina de Indiana University, en Indianapolis.
Un grupo de 22 varones sanos, cuyas edades fluctuaban entre los 18 y los 29 años, fueron separados en dos grupos de once.
"Elegimos sólo varones porque son los que usan estos juegos más frecuentemente," le dijo a BBC Mundo el doctor Vincent Matthews, miembro del equipo investigador.
Los miembros del primer grupo debían jugar, en casa, un video que involucraba uso de armas durante 10 horas, en una semana. A la semana siguiente, tenían que abstenerse de jugar.
El segundo grupo, el grupo control, no utilizó ningún videojuego violento por las dos semanas que duró el experimento.
Resultados
Aquí es donde entra a tallar la ecografía con su método de imagen de resonancia magnética, IRM.
Cada uno de los 22 voluntarios se sometió a un examen de IRM al principio del estudio, a la primera semana y al término del período experimental.
Durante el examen, los participantes completaron una tarea de interferencia emocional, apretando botones de acuerdo con el color de palabras presentadas de manera visual.
Entre palabras que no denotaban violencia, se intercalaron palabras que sí denotaban acciones violentas. Agregado a esto, los participantes llevaron a cabo una tarea de conteo para inhibir las facultades cognitivas.
Los resultados demostraron que tras una semana de videojuegos violentos, los miembros del grupo que debía jugarlos presentaban menor activación en el lóbulo frontal inferior izquierdo durante la tarea emocional y menor activación en la corteza cingulada anterior, durante la tarea de conteo, comparado con sus resultados iniciales y con los resultados del grupo control, después de una semana.
Estas regiones tienen a su cargo la expresión de emociones y el control de la agresividad.
Interpretación
Para el doctor Wang, estos descubrimientos permiten establecer que los videojuegos violentos tienen un efecto de largo plazo sobre el funcionamiento del cerebro.
Tras las dos semanas del experimento, el grupo que había utilizado el videojuego violento, presentó un mejoramiento en el funcionamiento de las zonas aludidas, aunque no consiguió regresar al estadio inicial.
Esto plantea una inquietud respecto al comportamiento permanente de quienes utilizan este tipo de videojuegos.
"No sabemos cómo responderán aquellos que juegan más de dos semanas una vez que decidan abandonar la práctica del videojuego violento", le dijo a BBC Mundo el doctor Vincent Matthews.
"Los individuos que utilizan videojuegos violentos deben tener claro el cambio que se produce en las funciones cerebrales asociadas con esta actividad," insistió.
"Deben considerar esta información al momento de elegir qué hacer en su tiempo de ocio."
Fuente: BBC Mundo
Autor: Redacción / BBC Mundo
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Pero, hasta esta investigación había habido escasa evidencia científica que demostrara que los videojuegos violentos tienen una influencia neurológica negativa prolongada.
"Por primer vez hemos encontrado que una muestra de jóvenes adultos elegidos al azar presentó una menor activación de ciertas regiones frontales del cerebro, tras una semana de violentos videojuegos," expresó Yang Wang, investigador asistente del Departamento de Radiología y Ciencias de la Imagen de la Escuela de Medicina de Indiana University, en Indianapolis.
Un grupo de 22 varones sanos, cuyas edades fluctuaban entre los 18 y los 29 años, fueron separados en dos grupos de once.
"Elegimos sólo varones porque son los que usan estos juegos más frecuentemente," le dijo a BBC Mundo el doctor Vincent Matthews, miembro del equipo investigador.
Los miembros del primer grupo debían jugar, en casa, un video que involucraba uso de armas durante 10 horas, en una semana. A la semana siguiente, tenían que abstenerse de jugar.
El segundo grupo, el grupo control, no utilizó ningún videojuego violento por las dos semanas que duró el experimento.
Resultados
Aquí es donde entra a tallar la ecografía con su método de imagen de resonancia magnética, IRM.
Cada uno de los 22 voluntarios se sometió a un examen de IRM al principio del estudio, a la primera semana y al término del período experimental.
Durante el examen, los participantes completaron una tarea de interferencia emocional, apretando botones de acuerdo con el color de palabras presentadas de manera visual.
Entre palabras que no denotaban violencia, se intercalaron palabras que sí denotaban acciones violentas. Agregado a esto, los participantes llevaron a cabo una tarea de conteo para inhibir las facultades cognitivas.
Los resultados demostraron que tras una semana de videojuegos violentos, los miembros del grupo que debía jugarlos presentaban menor activación en el lóbulo frontal inferior izquierdo durante la tarea emocional y menor activación en la corteza cingulada anterior, durante la tarea de conteo, comparado con sus resultados iniciales y con los resultados del grupo control, después de una semana.
Estas regiones tienen a su cargo la expresión de emociones y el control de la agresividad.
Interpretación
Para el doctor Wang, estos descubrimientos permiten establecer que los videojuegos violentos tienen un efecto de largo plazo sobre el funcionamiento del cerebro.
Tras las dos semanas del experimento, el grupo que había utilizado el videojuego violento, presentó un mejoramiento en el funcionamiento de las zonas aludidas, aunque no consiguió regresar al estadio inicial.
Esto plantea una inquietud respecto al comportamiento permanente de quienes utilizan este tipo de videojuegos.
"No sabemos cómo responderán aquellos que juegan más de dos semanas una vez que decidan abandonar la práctica del videojuego violento", le dijo a BBC Mundo el doctor Vincent Matthews.
"Los individuos que utilizan videojuegos violentos deben tener claro el cambio que se produce en las funciones cerebrales asociadas con esta actividad," insistió.
"Deben considerar esta información al momento de elegir qué hacer en su tiempo de ocio."
Fuente: BBC Mundo
Autor: Redacción / BBC Mundo
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