El documento de trabajo preparado para el diálogo sobre la "responsabilidad de proteger", que la Asamblea General de Naciones Unidas está celebrando esta semana en Nueva York, dedica un párrafo al discurso que el Papa pronunció ante la Asamblea General de la ONU en 2008.
Para este debate dedicado a las víctimas de los conflictos y la responsabilidad de los Estados y de la ONU de proteger a la población, la asamblea ha querido tomar en consideración, entre otros, el pensamiento de Benedicto XVI sobre la necesidad de que la comunidad internacional proteja los derechos.
En el discurso del pontífice referido en el documento de trabajo, Benedicto XVI destacaba que la responsabilidad de proteger es la base moral para el derecho de un gobierno a ejercer la autoridad.
El Papa indicaba entonces que el respeto de la soberanía de los demás Estados no consiste sólo en el principio de no injerencia, sino, en positivo, se introduce también en el contexto de las categorías políticas de la subsidiariedad, solidaridad y fraternidad".
Y afirmaba que la ONU, vigilando en qué medida los gobiernos responden a su responsabilidad de proteger a sus ciudadanos, ejercita así un servicio importante en nombre de la comunidad internacional".
Estas ideas se recuperan en el debate de estos dos días en el que la Asamblea General de Naciones Unidas discute los alcances de la "responsabilidad de proteger", un concepto que la mayoría de los países interpreta como una obligación de evitar genocidios, y otros como una maniobra encubierta de intervención.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, presentó un informe con ideas para que sirvieran como punto de partida al debate y destacó que la responsabilidad de proteger debe situarse bajo la protección de la ONU y dentro de su Carta.
Pasar a los hechos
En la Cumbre Mundial de 2005, todos los jefes de Estado y de Gobierno, sin reservas, se comprometieron a prevenir el genocidio, los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad, así como su incitación.
Pero, de hecho, se han continuado violando los derechos humanos de muchas poblaciones en crisis como las que en el último año han afectado a Georgia, Osetia, República Democrática del Congo y Sri Lanka.
Las situaciones que la población civil ha sufrido allí muestran que, aunque la responsabilidad de los Estados de proteger a la población está asumida como un principio de derecho internacional, faltan "precisas normas de conducta internacional" que obliguen a los Estados a proteger a la población de graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos.
Así lo destacó este jueves a Radio Vaticano el observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Nueva York, monseñor Celestino Migliore.
Sobre el tema que se está debatiendo en el Palacio de Cristal, monseñor Migliore afirmó que es en primer lugar cada Estado el que debe proteger a la población de "atrocidades en masa como genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad".
Pero añadió que "cuando un determinado Estado no demuestra la voluntad y/o la capacidad de asegurar tal protección, la comunidad internacional debe subsidiariamente hacerse cargo, recurriendo a la modalidad pacífica prevista en el derecho internacional".
"En casos extremos, puede valerse del uso de la fuerza a través de las fórmulas y dictámenes del capítulo 7 de la carta de la ONU", añadió.
El observador permanente de la Santa Sede indicó que "el uso de la fuerza no debe ser nunca considerado fuera de la primaria necesidad de los gobernantes de asegurar la protección de todos sus ciudadanos".
Monseñor Migliore abordó el concepto actual de seguridad explicando que "desde el desmantelamiento de los regímenes comunistas en Europa, el concepto de seguridad mundial gradualmente se ha desplazado de las tradicionales preocupaciones geopolíticas y estratégicas hacia nuevas preocupaciones que tienen por objeto el individuo y la sociedad".
Para el prelado, "la responsabilidad de proteger va más allá de la protección de los civiles en guerra contemplada en el derecho internacional humanitario".
La comunidad internacional, como una familia
El arzobispo también se refirió al discurso del Papa que aparece en el documento de trabajo preparado para el debate por el presidente del actual periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, Miguel d'Escoto.
Explicó que el Papa destacó que la soberanía, vista desde la óptica de la protección, muestra mejor la doble responsabilidad que incumbe a cada Estado: la responsabilidad externa de respetar la soberanía de los demás Estados y una interna de garantizar la dignidad y los derechos de todos los individuos en el Estado.
El observador permanente de la Santa Sede en la ONU también recordó que Benedicto XVI señaló entonces que, en la comunidad internacional, como en una familia, los miembros más fuertes deben cuidar a los más débiles.
Poco después de la intervención de Benedicto XVI ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, monseñor Migliore auguró que esa visita del Papa a la sede de Naciones Unidas estaba destinada a tener un impacto sobre el derecho internacional.
Fuente: Para reflexionar / Blogs Clarín
Autor: Patricia Navas
Para este debate dedicado a las víctimas de los conflictos y la responsabilidad de los Estados y de la ONU de proteger a la población, la asamblea ha querido tomar en consideración, entre otros, el pensamiento de Benedicto XVI sobre la necesidad de que la comunidad internacional proteja los derechos.
En el discurso del pontífice referido en el documento de trabajo, Benedicto XVI destacaba que la responsabilidad de proteger es la base moral para el derecho de un gobierno a ejercer la autoridad.
El Papa indicaba entonces que el respeto de la soberanía de los demás Estados no consiste sólo en el principio de no injerencia, sino, en positivo, se introduce también en el contexto de las categorías políticas de la subsidiariedad, solidaridad y fraternidad".
Y afirmaba que la ONU, vigilando en qué medida los gobiernos responden a su responsabilidad de proteger a sus ciudadanos, ejercita así un servicio importante en nombre de la comunidad internacional".
Estas ideas se recuperan en el debate de estos dos días en el que la Asamblea General de Naciones Unidas discute los alcances de la "responsabilidad de proteger", un concepto que la mayoría de los países interpreta como una obligación de evitar genocidios, y otros como una maniobra encubierta de intervención.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, presentó un informe con ideas para que sirvieran como punto de partida al debate y destacó que la responsabilidad de proteger debe situarse bajo la protección de la ONU y dentro de su Carta.
Pasar a los hechos
En la Cumbre Mundial de 2005, todos los jefes de Estado y de Gobierno, sin reservas, se comprometieron a prevenir el genocidio, los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad, así como su incitación.
Pero, de hecho, se han continuado violando los derechos humanos de muchas poblaciones en crisis como las que en el último año han afectado a Georgia, Osetia, República Democrática del Congo y Sri Lanka.
Las situaciones que la población civil ha sufrido allí muestran que, aunque la responsabilidad de los Estados de proteger a la población está asumida como un principio de derecho internacional, faltan "precisas normas de conducta internacional" que obliguen a los Estados a proteger a la población de graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos.
Así lo destacó este jueves a Radio Vaticano el observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Nueva York, monseñor Celestino Migliore.
Sobre el tema que se está debatiendo en el Palacio de Cristal, monseñor Migliore afirmó que es en primer lugar cada Estado el que debe proteger a la población de "atrocidades en masa como genocidios, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad".
Pero añadió que "cuando un determinado Estado no demuestra la voluntad y/o la capacidad de asegurar tal protección, la comunidad internacional debe subsidiariamente hacerse cargo, recurriendo a la modalidad pacífica prevista en el derecho internacional".
"En casos extremos, puede valerse del uso de la fuerza a través de las fórmulas y dictámenes del capítulo 7 de la carta de la ONU", añadió.
El observador permanente de la Santa Sede indicó que "el uso de la fuerza no debe ser nunca considerado fuera de la primaria necesidad de los gobernantes de asegurar la protección de todos sus ciudadanos".
Monseñor Migliore abordó el concepto actual de seguridad explicando que "desde el desmantelamiento de los regímenes comunistas en Europa, el concepto de seguridad mundial gradualmente se ha desplazado de las tradicionales preocupaciones geopolíticas y estratégicas hacia nuevas preocupaciones que tienen por objeto el individuo y la sociedad".
Para el prelado, "la responsabilidad de proteger va más allá de la protección de los civiles en guerra contemplada en el derecho internacional humanitario".
La comunidad internacional, como una familia
El arzobispo también se refirió al discurso del Papa que aparece en el documento de trabajo preparado para el debate por el presidente del actual periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, Miguel d'Escoto.
Explicó que el Papa destacó que la soberanía, vista desde la óptica de la protección, muestra mejor la doble responsabilidad que incumbe a cada Estado: la responsabilidad externa de respetar la soberanía de los demás Estados y una interna de garantizar la dignidad y los derechos de todos los individuos en el Estado.
El observador permanente de la Santa Sede en la ONU también recordó que Benedicto XVI señaló entonces que, en la comunidad internacional, como en una familia, los miembros más fuertes deben cuidar a los más débiles.
Poco después de la intervención de Benedicto XVI ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, monseñor Migliore auguró que esa visita del Papa a la sede de Naciones Unidas estaba destinada a tener un impacto sobre el derecho internacional.
Fuente: Para reflexionar / Blogs Clarín
Autor: Patricia Navas
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